El verano llega a su fin, han sido días muy intensos: vacaciones, diversión, descanso y sol, mucho sol. Te has dado cuenta de que tienes más manchas o bien que las que ya tenías son más intensas? ¿Qué le ha pasado a tu piel? Te lo contamos.
La melanina es un pigmento sintetizado en las capas más profundas de la epidermis, que nos ofrece protección respecto a las radiaciones ultravioletas del sol y el responsable también de nuestra tonalidad de piel. La cantidad de melanina presente en la piel es característica de cada persona y viene determinada por un factor inalterable, los genes del individuo, y dos factores inducibles, la exposición solar y las hormonas.
Debido a las hormonas, el exceso de radiación solar, el estrés y / o la toma de medicamentos fotosensisibilitzants, puede llegar a producirse una lesión clínica provocada por el exceso de melanina presente en la superficie de la epidermis. Esta lesión la podemos clasificar según el tamaño en mácula (coloración de la piel sin relieve y menor de un centímetro) o mancha (mayor de un centímetro).
Hay diferentes tipos de lesiones:
Lentigos: máculas de color marrón, provocadas por el daño solar continuado y localizadas en zonas expuestas como la cara, el escote, las manos y los brazos.
Nevus (conocidos como "lunares"): pueden esta presentes desde el nacimiento o salir con los años.
Efélides (también llamadas "pecas"): pequeñas manchas repartidas por el cuerpo que aumentan con la exposición solar.
Melasma- cloasma (máscara del embarazo): exceso de pigmento localizado en la cara, generalmente en la zona del labio superior, las mejillas y la frente. Causada principalmente por hormonas (embarazo, terapia anticonceptiva) y medicamentos fotosensibilizantes. Aumenta con la exposición solar.
Hiperpigmentación post-infamatòria: exceso de melanina localizado exclusivamente en la zona lesionada. La inflamación puede estar causada por acné, psoriasis, dermatitis de contacto, dermatitis atópica.
Todas estas lesiones, a excepción de los nevus, pueden ser tratadas si sabemos cómo. Hay muchos y diversos tipos de tratamiento en función de la localización y la intensidad de la lesión, pero lo que tenemos que tener claro es, que para que el tratamiento concluya con éxito es obligatorio:
- Reducir o eliminar el agente causal
- Ser constante: nunca tratamientos de menos de 3 meses.
- Imprescindible protegerse durante todo el año con factores de protección solares muy altos (SPF 50+)
- Hacer un mantenimiento para evitar la recaída.
Ahora que ya has visto las diferentes manchas que pueden haber y su origen, desde la farmacia te ayudamos a tratarlas, hacemos un seguimiento de tu mancha a fin de encontrar el tratamiento que mejor te irá para poder eliminarla, te acompañamos en el proceso. Sólo hace falta que vengas y dejes que te aconsejamos;)