Si he de ser sincera, la primera vez que oí la palabra "serum" no tenía ni idea de qué era o para qué podía servir.
Mi rutina facial hasta el momento se había basado en lavarme la cara y ponerme tras la primera crema hidratante que encontrara.
Como nunca había tenido ningún problema en la piel tampoco me había preocupado demasiado por cuidarla así que creía que con estos dos pasos ya tenía suficiente.
Con el ajetreo del día a día el último que me podía plantear era prestar atención al cuidado de la piel pero fue con la llegada del cambio de tiempo cuando vi que tenía que hacer algo.
Y es que fue bajar la temperatura y rápidamente empecé a notar como algunas zonas de la cara se me reseca e incluso sufría pequeñas descamaciones, así que pensé que quizá había llegado la hora de añadir algún producto a la mi rutina habitual.
¿Pero qué?
Con esta pregunta en la cabeza decidí dejarme asesorar por las chicas de la farmacia, que vieron claro que lo que mi piel necesitaba era un suero que me aportara un extra de hidratación y nutrición a la piel sin que se viera grasa, ya que la tengo mixta y me preocupaba que pudiera causar aquellas brillos que tan poco nos gustan.
Estos últimas semanas he estado usando el suero que me recomendaron las chicas, el de la línea Aqua Vita de Apivita y la verdad es que se ha convertido en un imprescindible en mi rutina.
Con sólo unos días, he notado como la piel está más hidratada y los problemas de descamación que tenía han desaparecido por completo.
Además, la textura del suero es muy ligera, por lo que me es muy fácil de aplicar. Hay que decir también que con una sola dosis es suficiente para todo el rostro, por lo que se puede alargar la duración del producto durante más tiempo y eso, no se engañemos, es de agradecer.
Por no hablar de su perfume, que es muy suave y agradable debido a que está formulado con un 98% de ingredientes naturales.
Y es que tanto el packaging como por el producto en sí, parece un producto de spa.
Ahora bien, como se suele decir "nada ni nadie es perfecto" así que también hay lugar para los "inconvenientes", y lo escribo entre comillas porque no es nada que no se pueda solucionar con un poco de paciencia y cuidado.
En este caso, si tuviera que decir algo que no me ha gustado, ha sido el modo de aplicación y es que, al ser una textura tan ligera (y yo ser tan negada), al principio tuve que ir en cuenta con el dosificador para no rociar todo mi alrededor (esto pasa la primera vez pero luego es pan comido, no creáis).
Aparte de eso, tengo que reconocer que este producto me ha sorprendido para bien y se ha convertido en un imprescindible más.
Y es que no cuesta tanto cuidar la piel, sólo se deben poner ganas!